Zenón de Elea
nació alrededor del año 490 a.C. en Elea, una ciudad griega ubicada en lo que
hoy es Italia, se dice que fue hijo de Teleutágora pero aún no es un dato
verídico. Fue un importante filósofo griego que estudió en la Escuela Eleática
creada por Parménides, quien fue su amigo y mentor en la corriente filosófica
del monismo, la cual concibe que toda la materia y lo que existe se simplifica
como una sola idea o sustancia, es decir “Todo es uno”.
Motivado por la
corriente que buscaba defender los ideales filosóficos infundidos por
Parménides, escribió varios libros en los que argumentaba con paradojas la
falta de movimiento y la posibilidad de continuidad en cada una de ellas, en
total fueron aproximadamente 100 paradojas que tuvieron una gran influencia en
las matemáticas, ya que muchas fueron resueltas a lo largo de la historia de
las matemáticas y otras fueron objeto de debate entre los futuros grandes
pensadores a partir de las diferentes corrientes filosóficas que les permitían
argumentar desde distintos puntos de vista sobre el significado del ser,
continuidad e infinito. Cuatro de las más famosas paradojas propuestas por
Zenón son: El Estadio, La Flecha, La paradoja de Aquiles y la tortuga: Aquiles,
siendo muy rápido, nunca podría alcanzar a una tortuga si esta tiene ventaja,
porque siempre que Aquiles llega a donde estaba la tortuga, la tortuga ya ha
avanzado un poco más; y La Dicotomía, siendo esta objeto de controversia debido
a que supone una suma infinita de fracciones antes de atravesar una distancia
x, es decir, si deseamos desplazarnos a un lugar, primero debemos llegar a la
mitad, pero para ello debemos llegar a la mitad de la mitad o en otras palabras
a un cuarto de la distancia del lugar deseado inicialmente, evidentemente esta
suma es infinita y, por ende, nunca se realiza el movimiento. Esta suma
infinita de fracciones da paso al pensamiento anatómico de Zenón de que todo lo
que tenga materia o que tenga magnitudes continuas puede ser dividido infinitas
veces y, por lo tanto, están hechos de elementos invisibles.
Las paradojas
sorprendieron a los pensadores de su época y le siguen siendo estudiadas hoy en
día en áreas como la filosofía, las matemáticas y la lógica. También le crearon
a Zenón cierta fama inclusive en Atenea, lugar al que viajó más tarde junto con
Parménides a mediados del siglo V a.C. allí conoció a Sócrates durante su
juventud y se dice que discutieron temas filosóficos. Después de su visita a
Atenea, según Diógenes Laercio, el filósofo Zenón murió “en un heroico intento
por derrocar a un tirano en la ciudad de Elea” (J. O’Connor, 1999) alrededor
del año 425 a.C. dejando en su legado más preguntas que respuestas y una
profunda huella en el pensamiento filosófico occidental.
CONTINUIDAD
Zenón mostró que
el espacio y el tiempo no están formados por pequeñas piezas separadas, sino
que son algo continuo, sin cortes ni saltos. Para explicar esto, creó paradojas
(problemas de pensamiento) donde mostraba que, para llegar de un punto a otro,
había que pasar primero por infinitos puntos intermedios. Eso hacía que, en
teoría, nunca termináramos de movernos, porque siempre habría "otro
puntito más" que cruzar.
INFINITO
Zenón fue uno de
los primeros en hacer que los griegos pensaran seriamente en el concepto de
infinito. Él decía que entre cualquiera dos puntos hay infinitos lugares
posibles, y sus paradojas demostraban que tratar de pensar en un número
infinito de pasos o divisiones causaba grandes problemas a la lógica humana.
Sus ideas
sembraron preguntas que siglos después fueron fundamentales para el desarrollo
de conceptos matemáticos como el cálculo, el análisis del infinito y la teoría
de los límites.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario